Las principales diferencias de las evaluaciones formales y expresas son su periodicidad, objetivos y caminos de creación en el sistema.
Generalmente, las evaluaciones formales tienden a realizarse una o dos veces al año, con fechas de inicio y finalización preestablecidas, involucrando a toda la organización, y pueden tener varias etapas como respuesta de un formulario, feedback presencial, creación de PDIs, consenso, calibraciones u otros. Para leer sobre la diferencia de consenso y calibración, haga clic aquí.
Otra diferencia de este tipo de evaluación es que en la formal es posible configurar cuáles serán los pesos de cada grupo de evaluadores. Para leer sobre grupos de evaluadores, haga clic aquí.
La evaluación expresa tiene la finalidad de ser continua y ser más objetiva, es decir, de realizarse con mayor frecuencia entre evaluaciones formales, únicamente con la etapa de respuesta de un formulario, pudiendo tener dos objetivos:
- Reemplazar la evaluación formal, permitiendo que el gestor y otros evaluadores evalúen a un colaborador en particular en cualquier momento, varias veces al año, es decir, continuamente, menos burocrático. Este es un modelo que ha sido adoptado en el mercado y como caso de éxito tenemos el check-in de Adobe. Lea más aquí y aquí aquí (videos en inglés)
- Otorgar subsidios al evaluador para que realice la evaluación formal de una manera más precisa y ágil, ya que las evaluaciones expresas se registran a lo largo del año, mitigando el efecto de recenticidad en la evaluación y dando más transparencia al proceso.
Para aprender cómo crear una evaluación formal, haga clic aquí.
Para saber cómo crear una evaluación expresa, haga clic aquí.
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